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El síndrome de visión de computadora puede afectar a cualquiera que pase tres o más horas frente a monitores de computadora; los síntomas incluyen pueden visión borrosa o doble, así como de ardor, comezón, sequedad e irritación en los ojos.
Joanne Reitano es una profesora de historia en el LaGuardia Community College en Queens. Ella escribe libros maravillosos sobre la historia de la ciudad y el estado, y ha estado pasando muchas horas recientemente – a veces todo el día – ante su computadora para revisar su primer libro, “The Restless City”. Pero, sentada ante la pantalla, me dijo: “He padecido de ardor en los ojos que me ha dificultado trabajar”.

Después de haber descansado sus ojos un rato, la incomodidad disminuye, pero regresa rápidamente cuando ella vuelve a la computadora. “Si estuviera jugando juegos de computadora, la apagaría, pero necesito trabajar”, dijo la frustrada profesora.

Reitano tiene una condición llamada síndrome de visión de computadora. Ella difícilmente está sola. Puede afectar a cualquiera que pase tres o más horas frente a monitores de computadora, y la población en riesgo es potencialmente descomunal.

En todo el mundo, hasta 70 millones de trabajadores enfrentan el riesgo de presentar el síndrome de visión de computadora, y es probable que esos números solo crezcan. En un informe sobre la condición escrito por oftalmólogos especialistas en Nigeria y Botsuana, publicado en Medical Practice and Reviews, los autores detallan una creciente lista de profesionales en riesgo: contadores, artistas gráficos, periodistas, académicos, secretarias y estudiantes, quienes “no pueden trabajar sin la ayuda de la computadora”.

Y eso es sin contar los millones de niños y adolescentes que pasan muchas horas al día jugando juegos de computadora.

Estudios han indicado que entre 70 a 90 por ciento de la gente que usa computadoras extensamente, sea por trabajo o juego, presenta uno o más síntomas del síndrome de visión de computadora. Los efectos del prolongado uso de la computadora no solo se relacionan con la visión. Entre las quejas están síntomas neurológicos como jaquecas crónicas y problemas musculo-esqueléticos como dolor de cuello y de espalda.

Los autores del informe, Tope Raymond Akinbinu de Nigeria y Y.J. Mashalla de Botsuana, citaron cuatro estudios para demostrar que el uso de una computadora durante incluso tres horas al día tiene probabilidades de resultar en síntomas oculares, dolor de espalda baja, jaqueca de tensión y estrés sicosocial.

De cualquier forma, la queja más común relacionada con la computadora involucra a los ojos, que pueden padecer de visión borrosa o doble, así como de ardor, comezón, sequedad e irritación, todo lo cual puede interferir con el desempeño laboral.

Una de las razones por la que el problema es tan generalizado: a diferencia de las palabras impresas en una página que tiene extremos claramente definidos, los caracteres electrónicos, que están hechos de pixeles, tienen orillas borrosas, haciendo que sea más difícil para los ojos mantener el enfoque. De manera inconsciente, los ojos intentan repetidamente descansar cambiando su enfoque hacia un área detrás de la pantalla, y este cambio constante entre pantalla y punto de relajación crea tensión ocular y fatiga.

Otro efecto inconsciente es una frecuencia de parpadeo reducida enormemente, lo cual puede resultar en sequedad e irritación de ojos. En vez de una tasa normal de parpadeo de 17 parpadeos o más por minuto, mientras se trabaja en la computadora dicha tasa se reduce con frecuencia a solo 12 a 15 parpadeos.

Sin embargo, existen problemas adicionales. La distancia de la cabeza respecto de la pantalla y posición relativa a ésta también son importantes factores de riesgo. Para darles a los ojos una distancia cómoda para enfoque, la pantalla debería estar a entre 50 y 60 centímetros de la cara. Mientras más cerca estén los ojos del monitor, más tienen que trabajar para adaptarse al mismo.

Aunado a esto, los ojos deberían estar al nivel de la parte superior del monitor. El departamento de oftalmología de la Universidad de Pennsylvania aconseja que el centro del monitor debería estar a entre 10 y 20 centímetros más debajo de los ojos para reducir al mínimo la sequedad y comezón al reducir la superficie expuesta de los ojos porque no están abiertos ampliamente. La distancia también permite que el cuello se mantenga en una posición más relajada.

Sin embargo, en un estudio en Irán entre 642 estudiantes preuniversitarios, del que se informó en Biotecnología y Ciencias de la Salud el año pasado, 71 por ciento se sentaba demasiado cerca del monitor para ser cómodo, y dos tercios asumían una posición impropia, ya sea directamente frente o debajo del monitor.

La iluminación insuficiente y resplandor son otro problema. El contraste es crucial, logrado de la mejor forma con escritura negra sobre una pantalla blanca. La pantalla debería ser más brillante que la luz ambiental; luz excesivamente brillante sobre la cabeza y la luz diurna que entra obligan a los ojos a forzarse para ver lo que hay en la pantalla. Un monitor brillante también ocasiona que sus pupilas se contraigan, dándoles a los ojos un rango mayor de enfoque.

Quizá usted necesite reajustar el escritorio, usar un atenuador de luz en luces sobre la cabeza, o bajar las persianas de la ventana para mantener afuera la luz solar. Además, si se usa una pantalla plana con una cobertura para combatir el brillo, así como usar lentes de reducción de brillo o entintados puede contribuir a reducir el resplandor a un mínimo.

Asegúrese de usar el tamaño de fuente que mejor se ajuste a su agudeza visual, y sométase a exámenes de la vista con regularidad, cuando menos una vez al año, para asegurarse de que su prescripción esté actualizada. Esto es de particular importancia para gente mayor de 40 años y menores que usan extensamente la computadora, ya que la agudeza visual puede cambiar con la edad. De igual forma, asegúrese de que su monitor tenga una opción de alta resolución que suministre fuentes e imágenes más cristalinas. Además, limpie el monitor frecuentemente con un trapo antiestático.

Para quienes trabajan a partir de materiales impresos, yendo de un lado al otro de ellos a la pantalla, podrían reducir al mínimo la tensión del cuello montando documentos sobre una base junto al monitor. Si, como yo, usted usa muchos documentos impresos al mismo tiempo, considere hacerse de gafas especiales para computadora: lentes bifocales o progresivos con la porción superior ideal para leer de la pantalla y la baja diseñada para distancia impresa.

Si bien la prevención es el aspecto de mayor importancia, si usted presenta síntomas del síndrome de visión de computadora, existen formas de reducirlos o eliminarlos. Los oftalmólogos estadounidenses sugieren que se adhiera a la regla “20-20-20”: cada 20 minutos, tome un descanso de 20 segundos y vea algo a 20 pies de distancia (6 metros).

De manera consciente, parpadee con tanta frecuencia como sea posible para mantener bien lubricadas las superficies de los ojos. Para contrarrestar más la sequedad, irritación y la irritación dolorosa, use gotas para lubricar los ojos varias veces al día. Mi oftalmólogo recomienda productos exentos de conservadores que se venden en dispensarios de un solo uso.

De igual forma, usted puede reducir el riesgo de ojos resecos impidiendo que el aire sople en su cara usando un humidificador para sumar humedad al aire en la habitación. Además, Reitano dijo que su oftalmólogo también sugirió que se aplicara compresas calientes y húmedas a los ojos cada mañana.